4 de agosto de 2019

La Ciudad de los Muertos


Cuando visitamos hace años El Cairo, además de admirar todas las bellezas de la ciudad y quedarnos atonitos ante la magnitud de las pirámides, hubo algo que también llamó nuestra atención: La Ciudad de los Muertos.
Es una red de tumbas de más de seis kilómetros situada debajo de las colinas de Mokatam, en el sureste de la ciudad, a espaldas de la Ciudadela de Saladino y se formó en un principio por la unión de dos cementerios. Data del siglo XIV y aquí se encuentran los mausoleos más importantes de los Califas, Emires y Sultanes Mamelucos, sobre todo en la parte norte.

Los egipcios tienen un concepto de la muerte muy distinto al nuestro y muchas veces construyen las tumbas con habitaciones donde la familia se queda allí cuarenta días, el tiempo que dura el duelo.
Durante la Guerra de los Seis Días en 1967, muchos egipcios fueron desalojados  del Canal de Suez y de la Península del Sinaí donde vivían. La mayoría de ellos no podían acceder a viviendas, por lo que llegaron a acuerdos con los propietarios de las tumbas, usándolas como viviendas a cambio de cuidarlas y limpiarlas.


 Los niños juegan sin importarles otra cosa que no sea su entretenimiento.


 Es una auténtica ciudad, con talleres mecánicos, mercados, tiendas de ultramarinos, barberías como la de la foto, cafés, panaderías...


 Aquí viven más de un millón de personas, muchas de ellas nacidas ya entre tumbas. El proyecto de El Cairo 2050 prevé transformar este recinto en un parque y dotar a esta gente de viviendas más dignas. Las tumbas con valor histórico se integrarán dentro del parque.

Las cámaras no son bienvenidas a no ser que a través de otras personas se pague un dinero por poder fotografiar la vida diaria de los habitantes de este recinto. Todas las fotos son tomadas de internet, aunque han pasado tanto de un lugar a otro, que no puedo decir quiénes son los autores.


Un artesano en su taller


Durmiendo entre tumbas


 Una mujer en su patio


 Cocina de uno de los mausoleos


 Esta foto la hicimos desde la carretera.
Sin duda un lugar tranquilo, peculiar y no sé si peligroso como algunos aseguran, ya que parece ser que el trapicheo y la droga también se han instalado aquí.
Cuando los dueños de las tumbas tienen algún nuevo fallecido, sin problema entran aunque otros estén viviendo aquí, y lo entierran. Pueden seguir viendo en el televisor un partido de fútbol.
La luz y el agua suelen estar enganchados a mausoleos importantes.
Viven sin miedo porque "Los muertos no hacen nada. Están muertos".
A mí me impresionó mucho.