Nos vamos a Ronda desde Fuengirola. De la carretera ni hablo, porque no era apta para cardíacos, pero una vez allí, reconozco que mereció la pena. Se encuentra en la provincia de Málaga y yo siempre había asociado esta ciudad a la leyenda de los bandoleros que se refugiaban en su serranía.
Los bandoleros surgieron en el siglo XVIII a partir de la defensa de la ciudad ante las tropas de Napoleón Bonaparte. Cerca de 1400 rondeños se unieron a las tropas de Sevilla y Granada en su lucha contra los franceses, que fueron derrotados en la Batalla de Bailén. La guerra dejó a la población en una situación muy precaria, por lo que algunos se refugiaron en la sierra en grupos con el fin de sobrevivir, aunque para ello tuvieran que asaltar, robar o matar. También los hubo que ayudaron con los botines que conseguían, a personas necesitadas. Algunos bandoleros famosos fueron: Diego Corrientes, el Tempranillo o el Tragabuches. Yo tengo en la memoria la imagen de Curro Jiménez, junto al Estudiante y el Algarrobo, porque ya tengo muchos años y vi la serie de televisión.
Lo primero que llama la atención es el Puente Nuevo situado en la garganta del Tajo, excavada por el río Guadalevín con casi 100 metros de profundidad, que une dos de los barrios de Ronda: el Mercadillo, o barrio nuevo, y la Ciudad, o barrio antiguo.
Mi Antonio, dispuesto a fotografiar una y mil veces el puente.
El anterior puente se construyó en 1735, pero se derrumbó a los seis meses, llevándose al fondo la vida de cincuenta personas. El actual fue construido entre 1751 y 1793. Para sufragar los gastos se recogieron 15.000 reales que donó la Real Maestranza y lo recaudado en un impuesto a la Feria de Mayo.
En su realización intervinieron diversos maestros, pero el más destacado fue José Martín de Aldehuela, quien finalizó la obra. El arco central de medio punto, está apoyado en otro pequeño por donde transcurre el río Guadalevín, que en árabe significa río de leche. En la parte superior se encuentran las dependencias del puente, que en otros tiempos se utilizaron como prisión.
A los lados se abren otros dos arcos. Actualmente es un centro de interpretación de la historia del puente y de la ciudad.
Plaza del Socorro, en el Barrio del Mercadillo. Al fondo, el edificio modernista del Círculo del Artistas. En primer plano, una estatua de Blas Infante, padre de la patria andaluza.
Iglesia del Socorro, en la misma plaza.
Es una plaza muy agradable, con una fuente donde está representado Hércules con dos leones.
En la calle Espinel hay un edificio muy antiguo con unas rejas preciosas.
Dependencias de la Real Maestranza, también en el Barrio del Mercadillo.
Pasamos por delante de la Plaza de Toros de Ronda. En esta ciudad hay mucha afición taurina. Este coso es del siglo XVIII y, su ruedo, el más grande del mundo.
Estatua de Antonio Ordóñez, perteneciente a una dinastía de toreros rondeños. Hijo de Cayetano Ordóñez el Niño de la Palma, y padre de Francisco y Cayetano Rivera.
Pedro Romero fue otro matador de Ronda, cuyo abuelo, padre y hermanos, también eran toreros.
La Puerta Grande de la plaza, en la calle Virgen de la Paz.
A un lado del puente se encuentra el antiguo Convento de Santo Domingo, mandado construir por los Reyes Católicos. Actualmente es el parador de Ronda. Desde ahí echamos, como muchos otros, una mirada al vacío.
Pasamos por el Puente Nuevo al barrio antiguo.
La Serranía de Ronda.
El mirador "del coño". Adivina por qué.
Casas colgantes sobre el Tajo. Ronda está hermanada con la ciudad de Cuenca, ya que comparten este tipo de construcciones.
Paseamos por los Jardines de Cuenca. Enfrente se ve la Casa del Rey Moro, que la estaban restaurando.
Jardines de Cuenca con el Puente Viejo al fondo.
Edificio de Administración Pública.
Bar en la Calle de los Remedios.
Calles empedradas... todas... todas...
Muy bonitas, y mi admiración a todos los que han puesto los miles de piedras.
Casa donde nació Federico Sarratosa, médico.
Palacio de Mondragón, actual Museo Municipal. Cuando los Reyes Católicos conquistaron la ciudad, fijaron aquí su residencia.
Plaza Mondragón.
En la Plaza Duquesa de Parcent se encuentra la Iglesia de Santa María la Mayor, construida sobre la mezquita aljama.
Puerta trasera de la iglesia.
En la misma plaza, el Ayuntamiento de Ronda, que fue asiento del antiguo Cuartel de Milicias Provinciales.
Alminar de la Iglesia de San Sebastián, que formaba parte de una mezquita del siglo XIV.
Por esta calle se llega a la entrada del Palacio del Rey Moro. Tiene unas escaleras que llegan al fondo del Tajo.
Palacio del Marqués de Salvatierra.
Puente Viejo y Arco de Felipe V. Antes de hacer el Puente Nuevo, esta era la entrada a la ciudad, y se hizo este arco para darle más prestancia.
Desde el arco, Iglesia de Nuestro Padre Jesús y la Fuente de los Ocho Caños.
Mi Antonio, con el arco al fondo, desde el Puente Viejo.
Murallas del Carmen y la Iglesia de María Auxiliadora.
Puente Romano.
Edificio modernista de la Calle Tenorio.
En la Calle Tenorio hay casas muy antiguas. Frente a esta, se encuentra la de San Juan Bosco.
Patio de la Casa de San Juan Bosco.
Calle José Aparicio.
Placa a los Viajeros Románticos. Hay un plano en cerámica de Ronda y unas frases que, personajes ilustres, han dicho de esta ciudad.
Y volvemos al protagonista de nuestra visita, para pasar al Barrio del Mercadillo a ver por dentro la Plaza de Toros.
Se encuentra junto al Paseo de Blas Infante. La plaza es propiedad de la Real Maestranza de Caballería de Ronda.
Es de las plazas más antiguas y monumentales.
La visita es muy interesante, ya que se accede a las dependencias, al museo y al ruedo. En la foto, la pista de doma ecuestre de la Real Maestranza de Caballería.
En la historia militar y política de Andalucía, desempeñaron un papel importante estos cuerpos, fomentados por la corona, con intención de que la nobleza local se ejercitara en el uso de la caballería y de las armas para las necesidades del Rey, por entonces, Felipe II.
Dependencias de la plaza, como por ejemplo los toriles.
Patio de caballos.
Algunas salas del museo.
Esta plaza está muy ligada a la familia Ordóñez, quienes en 1954 inauguraron la primera corrida goyesca de Ronda.
Nos vamos a ver el ruedo, pero antes...
Me recreo en estos azulejos de la escalera.
Ya estamos en el ruedo.
El más amplio del mundo, con 66 metros de diámetro. Esta plaza se cree que fue construida por Martín Aldehuela y se hizo en seis años. Fue inaugurada en 1785, con una corrida en la que actuaron Pedro Romero y Pepe-Hillo. Es de piedra arenisca, con un esquema monumental. Tiene 136 columnas y 68 arcos.
El callejón lo forman dos anillos de piedra.
El portón de los sustos. Yo, por si acaso, a buen recaudo.
Los tendidos tienen cinco filas de gradas y son cubiertos.
Pues eso: mejor en el burladero, que una no es de natural valiente.
Y nos despedimos ya de Ronda. Anduvimos también por la Calle de la Bola, donde hay un montón de tiendas, pero que no eran nuestro objetivo en esta excursión.
Como puede verse en la foto, se hizo primero un puente pequeño bien cimentado y, sobre él, se alzó el grande con la altura de un edificio de 30 plantas.
Las piedras para su construcción se extrajeron de la garganta, con lo que el color del material se mimetizó con el paisaje.